viernes, 6 de julio de 2018

NO PASO NADA, PORQUE NO ME CREEN

                                                             
                                          NO PASO NADA, PORQUE NO ME CREEN





Josefina despertó asustada por el grito del camionero que gritaba ¡llegamos a Awuicha, Agarren sus bultos¡, Recién se dio cuenta que estaba en el pueblo de su padre, trajo a su mente la advertencia de la abuela  ¡cuidadito de portarse mal,  allá somos gente importante, piensa en la familia¡. Caramba en buena hora se te ocurrió visitarla, ya no tenemos la casa,.... donde te quedarás??..
Ahhh ya sé hablaré con la comadre Adela, esposa de tu tío Pelayo, mejor no te cuento esa historia, bueno ya esta decidido ahí te quedarás y seguirás las ordenes de la tía sin replicar.


A sus catorce años Josefina era una chica flacucha alta con el pelo negro azabache que le llegaba a la cintura y con un flequillo en la frente sobre los grandes ojos pardos vivarachos que dejaban vislumbrar la curiosidad con los que observaba todo a su alrededor, había amasado esta idea de conocer la tierra de su padre, ahora que ya era toda una adolescente.


Finita eres tu hija, que grande y linda estas, mastica hijita estas hojitas de coca le decía la tía Adela mientras se lo metía en la boca  dame mamita tus bulto, tápate con esta colcha despacito no más camina vamos a que te acuestes, para que reposes ...tienes que aclimatarte, no vaya ser que te de el soroche y aquí no hay posta de salud para atender a gente de la costa.

Cuando se levanto Josefina, observó el cuarto donde se hallaba, era grande, piso de madera, con dos grandes ventanas y seis catres de fierro con colchones y frazadas de lana, escuchaba hablar en quechua ....sigue el tono de las voces que venían del primer piso, escondiéndose se asomo y vió una escena increíble, la tía Adela luego de darles indicaciones a unas campecinas, se queda sola con un joven que estaba tirado en la ducha del saguan tan borracho que no podia mantenerse de pie... hijo hijito querido como me haces esto, exclamaba la tía donde has estado, hace dias que te estamos buscando...tu padre creia lo peor como es que terminaste yendo a caujulll quien te llevo ahi ....donde esta el dinero de la venta, que hacias con el cortejo de las pallas ayy cucho habla por favor...estan llamando al gobernador las pallas como se te ocurrio hacer eso...esta prohibido...sabes que hay gente de la capital, y tenemos visita en casa.....levantando su mano el joven le da a su madre un paquete ahi ta mamita ahí ta la plata nada falta....dice cucho el mayor de los hijos de la tia, bordeaba los 18 años regordete estatura mediana con bigote ralo ademas no tengo yo la culpa maa es culpa de nube mi caballo bizco... cuando paso el cortejo de pallas había una potranca que lo hipnotizo por mas que le pegaba me hizo ir detrás de ella no quería hacerme caso solo cuando se detuvieron tuve que hablar con ellas y pedirles que me prestaran un pañuelo para tapar los ojos de mi caballo y traerlo de regreso eso fue ma eso fue.

Las pallas eran jóvenes vírgenes entre los 12 y 14 años escogidas por el pueblo para ser entregadas en las fiestas al capitán español de la tarde de toros, que había proveído a los lugareños de la parranda que incluía una semana de licor comidas fiestas gratis para todo el pueblo, su regalo era una corte de vírgenes de donde debía escoger a una para llevársela y tenerla hasta el día que quisiera, algunas veces era su esposa, otras le hacia un hijo y lo reconocía con ello daba por sentado que parte de su legado iría para este descendiente.